viernes, 26 de septiembre de 2008

Triunfo del Sindicato de El Siglo


El Sindicato de Trabajadores de Editorial Siglo XXI (semanario El Siglo), se anotó una significativa victoria la mañana del miércoles 24 de septiembre. Con la intervención de la Dirección del Trabajo, logró el reintegro a sus labores de dos de sus socias: Ana Muga Sáez, periodista, y Magdalena Muñoz, secretaria.

Después de 11 meses en huelga y 14 de iniciada la negociación colectiva, a pesar de los argumentos de la empresa y la dirección central del Partido Comunista –sus controladores-, ambas trabajadoras fueron reincorporadas por determinación de la Dirección del Trabajo, a pesar de la oposición de la empresa que informó con júbilo en enero pasado, que un fallo de la Corte Suprema habría puesto fin a la huelga iniciada el 2 de octubre de 2007, a la existencia del sindicato y a la negociación colectiva, por estar todas ellas fuera de la ley, según se informó en las páginas de El Siglo y a través de los organismos regulares del Partido Comunista.

A contrapelo de dichos argumentos, ahora debieron reincorporar a las compañeras Ana y Magdalena, a pesar de formar parte de un sindicato supuestamente ilegal, e inexistente en consecuencia, haber participado de una huelga ilegal y que por tanto también habría sido una ficción, y haber tomado parte de una negociación colectiva que tampoco existió debido a su supuesta ilegalidad, argumentos todos forjados por el abogado laboralista, Pedro Aravena, miembro del Comité Central del Partido Comunista y asesor legal de la Confederación de Trabajadores del Cobre, que agrupa a los subcontratados de CODELCO, y del Colegio Nacional de Profesores, entre otros. Ahí están los hechos: ambas compañeras reintegradas por la fuerza de la ley, bajo la intervención de una fiscalizadora de la Dirección de Trabajo.

Ambos casos han estado marcados por aspectos de alta significación. Ana Muga fue madre el pasado 9 de septiembre y durante su embarazo la empresa se negó a recibir y tramitar las licencias médicas correspondientes. Tras el parto, volvieron a negarse a recibir la documentación para tramitar la licencia y los pagos del post parto, por instrucciones del abogado Aravena, según respondieron a nuestra compañera. Pero ahora, con la presencia de la fiscalizadora, la secretaria mandada por el señor René Amigo, reaccionó derrochando amabilidad para recibir esa documentación y ofreciendo hacer todos los trámites de rigor para que Ana obtenga los pagos correspondientes al goce de su período legal de post parto, en abierto contraste con la prepotencia y despotismo esgrimido durante los 11 meses de huelga hacia los socios de nuestro sindicato. Así las cosas, la compañera Ana Muga fue reintegrada al trabajo y comenzó a hacer uso de su período de post natal.

Magdalena Muñoz fue reintegrada y comenzó a trabajar de inmediato, no sin que antes el trámite experimentara severas contradicciones en las determinaciones de la empresa, bajo la orientación vía telefónica del abogado laboralista Pedro Aravena. La secretaria reaccionó desorientada, basada en las indicaciones de la subdirectora de El Siglo, Dolores Cautivo, también miembro del Comité Central del PC, al igual que el señor René Amigo, y manteniendo contacto telefónico con Aravena durante todo el trámite conducido por la fiscalizadora de la Dirección del Trabajo. A pesar de la consulta constante, se arribó al reintegro luego de varios tumbos, porque inicialmente ni siquiera querían dejar entrar a la oficina 204 de la torre 2 de la Remodelación San Borja (Alameda 232), a la fiscalizadora y Magdalena. Fue el anuncio de la funcionaria de llamar a Carabineros para obligar su acceso, lo que hizo posible el ingreso suyo y de Magdalena Muñoz.

Luego, mientras la administración resolvía qué hacer con este caso, aceptaron el reintegro de esta segunda socia de nuestro sindicato y le ofrecieron de inmediato una semana de descanso. Al oír esto la fiscalizadora les pidió que otorgasen el permiso por escrito. La secretaria fue a consultar por el requerimiento de la funcionaria de la Inspección y regresó con otra resolución: Magdalena quedaba reintegrada y trabajando de inmediato.

Durante la primera jornada laboral, permaneció en el recinto sin que le asignaran labor alguna, situación completamente ilegal, porque el reintegro significa retornar a las mismas labores y condiciones anteriores a la huelga. Por esta razón se presentó la correspondiente denuncia ante la Inspección del Trabajo, pues constituye una presión ilegítima contra cualquier trabajador. En tanto que el personal le aplicó rigurosamente la ley del hielo.

La guinda de la torta la puso el señor René Amigo, quien concurrió a conversar con Magdalena a objeto de encontrar una salida a la complicada situación que se generó tras el reintegro. En tono amenazante, el dirigente del PC le advirtió que de cualquier modo la iban a despedir. Le pidió que formulara ella una propuesta de salida por escrito, en base a sus pretensiones económicas. Nuestra compañera le ratificó, que se encontraba reintegrada y con fuero y que, en caso de despido, deberían pagarle los años de servicio correspondientes de acuerdo a la ley.

Amigo argumentó que “no se le podía hacer esto al Partido”, que le parecía impresentable, e insistió en que todos quienes trabajamos en El Siglo, llegamos ahí a través del partido y que por tanto los cargos eran una responsabilidad política en condiciones de militantes y no un trabajo regular. Argumento este ya bastante manoseado y desacreditado a lo largo de todo el conflicto. El dirigente agregó que Magdalena ya no contaba con la confianza de la empresa y del partido, por lo tanto no le asignarían trabajo y que, finalmente, la despedirán sin pagarle un peso y lo que obtenga podría ser mediante la presentación de una demanda, proceso que tomaría al menos dos años.

Ante la compleja situación que afecta a Magdalena, soportando el rechazo de quienes trabajan hoy en El Siglo y su relegación a una silla arrinconada en la recepción del periódico, solicitamos muestras de solidaridad que pueden ser transmitidas directamente a ella llamando al 2228323 (oficinas de El Siglo) o escribiendo a elsiglo@elsiglo.cl con copia a sindicatoelsiglo@gmail.com.

Esperamos que la actitud de reintegro de Ana y Magdalena no cambie bruscamente en las nuevas jornadas, sin la presencia de la Dirección del Trabajo. Seguimos atentos a esta situación, tal como lo hemos hecho con las demandas interpuestas por Cristián Pavez y Eliana Gómez, ambos integrantes de nuestra organización, despedidos ilegalmente por la empresa y cuyos procesos han obtenido ya grandes triunfos. Así mismo, la situación de otros tres integrantes de el sindicato, Jorge Zúñiga, Raúl Blanchet y Julio Oliva, continúa avanzando en los tribunales laborales con su demanda para probar la dependencia de Editorial Siglo XXI, que cuenta con numerosas pruebas y testigos, y que refuta la declaración pública de los responsables y los dueños del semanario El Siglo emitida en febrero de 2008.

La lucha continúa.

Julio Oliva García

Presidente Sindicato Editorial Siglo XXI

RSU 13.01.3098 (Semanario El Siglo)

09 5893617

viernes, 5 de septiembre de 2008

Finaliza la huelga al cumplir 11 meses

Comunicado Público Sindicato de Trabajadores de El Siglo

Transcurridos once meses de huelga, hemos llegado al convencimiento que no hay nada más que esperar de nuestros empleadores, quienes han quedado retratados de cuerpo entero en su inconsecuencia política y moral con el manejo de este conflicto.

Paradojal resulta que, una de las huelgas más largas realizada en el país, sea contra una empresa dependiente de un partido que dice defender los intereses de los trabajadores. Sin embargo, hay que decir que nuestra intención no era cumplir ningún record en este sentido, sino que fuimos impulsados a defender nuestros justos derechos como asalariados, denunciando a la vez, la incoherencia entre el discurso y la práctica de nuestro empleadores para no hacernos cómplices de un engaño.

A un mes de cumplir un año de huelga legal, cuya vigencia está acreditada en la Inspección del Trabajo, resolvimos acogernos al articulo 369 del Código del Trabajo y bajar la huelga para que la empresa transparente su accionar en nuestra contra. Según han dicho algunos funcionarios a cargo de la Editorial Siglo XXI, para ellos, el fallo de la Corte Suprema, ilegitima nuestro sindicato, la negociación colectiva, y por tanto, también la huelga que iniciamos el 2 de octubre pasado, por lo que habrían puesto una constancia en Carabineros por “abandono de deberes” de los trabajadores, tras lo cual estaríamos todos despedidos. Cabe hacer notar que a pesar de estas declaraciones, ninguno de los socios del sindicato ha recibido notificación formal alguna de finiquito, tal como obliga la ley.

Este jueves 4 de acudimos a las nuevas oficinas de El Siglo, ubicadas en Alameda 232, Of. 204, para reintegrarnos al trabajo una vez terminada la huelga, siguiendo los pasos legales estipulados en estos caso, pero el conserje del edificio nos señaló que tenía prohibición de dejarnos subir, por lo que se estampó la denuncia en la Inspección del Trabajo respectiva.

Tras estos activos meses de huelga, en los que no nos hemos desvinculado del quehacer periodístico, editando el semanario El Siglo en Huelga -cuya buena recepción agradecemos a todos los que nos han apoyado-, hemos decidido continuar en la senda escogida por la empresa, la que se ha negado rotundamente a llegar a un acuerdo digno con el equipo responsable por más de una década de la edición de El Siglo, y hemos decidido dejar en manos de la Justicia todos y cada uno de los abusos de los que hemos sido objeto. Cómo todo empleador, los dueños de Editorial Siglo XXI están confiados en que los fallos los favorecerán, confianza sentada principalmente, en una lectura equivocada de lo estipulado por la Corte Suprema el 28 de enero pasado, la que postula que un Tribunal Laboral debiera determinar si Julio Oliva, Raúl Blanchet y Jorge Zúñiga son o no trabajadores dependientes. Este caso ya está en curso y para él es abundante el material escrito probatorio de esta dependencia, así como son muchos los compañeros y personalidades que se han ofrecido para dar su testimonio en tal sentido.

Si bien, la huelga se ha depuesto, el conflicto continúa debido a la prepotencia de la empresa y seguiremos informando de lo que vaya sucediendo, a todos quienes nos han brindado su incondicional apoyo durante todo este tiempo.

Sindicato de Trabajadores

Sociedad Editora, Impresora y Distribuidora de Publicaciones

Siglo XXI Ltda. (Semanario El Siglo)

R.S.U. 13.01.3098

5 de septiembre de 2008

sábado, 30 de agosto de 2008

Próximos a cumplir 11 meses en huelga


A nuestros compañeros y amigos, a la opinión pública.

Han transcurrido 318 días desde el inicio nuestra huelga legal. Próximos a cumplir 11 meses en nuestro movimiento, el conflicto continúa en los tribunales del Trabajo, en los cuales la empresa ya sufrió dos derrotas: perdieron la demanda que presentáramos por el despido injustificado de nuestro compañero Cristián Pavez y han perdido en todas las instancias la demanda presentada por el mismo motivo por nuestra compañera Eliana Gómez.

Ahora se ventila también en tribunales, la demanda presentada por otros tres compañeros: Jorge Zúñiga San Martín, reportero gráfico, Julio Oliva García, periodista y editor general del semanario El Siglo y Raúl Blanchet Muñoz, periodista.

La empresa y la dirección del Partido Comunista, se sienten sobreseguros basados en el fallo favorable de la Corte Suprema sobre dos recursos de protección que presentaron contra la actuación de la Inspección del Trabajo. Concluyen que los fallos mencionados les otorgaron la razón en toda la línea. Persisten en que no existe el sindicato y que ya no hay nada más que hablar. Peor aún, dicen que tras el fallo de la Corte Suprema, en la práctica hicimos abandono de nuestros trabajos, lo que habría puesto fin a la relación “civil” –y no laboral- existente entre la empresa y nosotros. La soberbia llevó a que el representante de la empresa, también integrante del Comité Central del Partido Comunista, René Amigo, ofreciera en días recientes a nuestra compañera Magdalena Muñoz, trabajadora de El Siglo desde hace 16 años, el pago de $500.000 en dos cuotas, como gesto de buena voluntad, pues la empresa no tendría según él, obligación alguna para con ninguno de nosotros. Magdalena declinó aceptar tan “magnánima” oferta.

En realidad, lo central del fallo de la Suprema señala que la Dirección del Trabajo no tendría facultades para determinar qué trabajadores son dependientes o no, por lo que debe ser un Tribunal del Trabajo el lo haga, por lo tanto será esta instancia la que dirá la última palabra al respecto.

Lo concreto hasta aquí, es que nuestro sindicato sigue contando con su RSU vigente en la Inspección del Trabajo, no existe notificación alguna contraria a ello. Tampoco respecto de la huelga, en la que continuamos, a pesar del agotamiento y las graves dificultades económicas que apremian.

Informamos que debimos suspender la publicación de nuestro boletín “El Siglo en Huelga”, producto de severas dificultades en la distribución, las que no nos permitieron hacer rotar el dinero invertido con la prontitud requerida. Pedimos disculpas a nuestros lectores por no lograr sostener el esfuerzo editorial. Pero, muy pronto nuestro boletín retomará su puesto de combate.

Los argumentos de la empresa

Queremos compartir con nuestros compañeros y amigos, y exponer ante la opinión pública, parte de los argumentos expresados en la contestación a nuestra demanda, por parte de la empresa Editorial Siglo XXI Ltda., propietaria del semanario El Siglo, ciertamente compartidos y respaldados por la dirección del Partido Comunista.

Una de las dos “Excepciones de Incompetencia” argumentadas por el abogado laboralista Pedro Aravena, miembro del Comité Central del Partido Comunista, integrante de su Comisión Política, asesor legal de la Confederación de Trabajadores del Cobre, que agrupa a los trabajadores subcontratistas de Codelco, asesor legal del Colegio de Profesores de Chile y también de la Central Unitaria de Trabajadores, en contra de los trabajadores de El Siglo, dice:

“Como se acreditará en el curso de esta causa, entre los demandantes de autos y mi representada no ha existido ningún vinculo contractual de naturaleza laboral como lo pretenden, dado que todos ellos prestaron servicios de acuerdo a sendos contratos comúnmente denominados de honorarios, regulados de conformidad con los artículos 2006 y siguientes del Código Civil, esto es, de arrendamiento de servicios inmateriales y durante extensos períodos, de allí que no deja de ser un contrasentido legal y racional, que ahora invoquen indebidamente la existencia de una supuesta relación laboral entre las partes.

Efectivamente, todos ellos nunca cumplieron jornada horaria alguna, ni estaban sujetos a órdenes y ningún tipo de control en la prestación de sus servicios inmateriales. Es más, todos ellos suscribieron oportuna y voluntariamente sus respectivos contratos de honorarios, extendieron regularmente boletas por sus honorarios y recuperaron lo retenido por impuestos en virtud de las retenciones tributarias correspondientes”.

Más adelante, en la contestación a nuestra demanda, ofrece entre otros argumentos, los siguientes: “...Junto a lo anterior, tampoco en los hechos se cumple con el vínculo laboral pretendido en la demanda, ya que al tratarse de labores de carácter periodístico, los actores jamás cumplían un horario, ni en oficinas, ni mucho menos en terreno, de modo que y contrariamente al vínculo típicamente laboral, lo hacían de un modo absolutamente independiente, sin sujeción a órdenes de un jefe.

Los actores sólo reunían en las oficinas de la demandada semanalmente, en reuniones de pauta y de entrega de artículos periodísticos y en los que obviamente, existe un director o encargado. Conforme a lo anterior, señalar que una persona por el sólo hecho de recibir algunas indicaciones –que por lo demás deben realizarse para que exista servicio- estará sujeta a un vínculo de tipo laboral, constituye una simplificación burda del verdadero espíritu que quiso imprimir el legislador al consagrar el ‘Principio de Primacía de la Realidad’ en nuestro Código”.

Más adelante, el escrito informa: “En cuanto a las afirmaciones que se habría formado un sindicato, cabe señalar que efectivamente con fecha 9 de marzo de 2007, se procedió a la constitución del sindicato de Trabajadores de la demandada, con un total de 9 personas, resultando electo como presidente don Julio Oliva García. Entre los constituyentes de esa organización sindical, participaron las siguientes personas: don Cristián Pavez Vera, don Julio Oliva García, don Jorge Zúñiga San Martín, don Raúl Blanchet Muñoz y don Iván Valdés Gutiérrez, todos vinculados a la empresa que represento mediante contratos de arrendamiento de servicios y honorarios, por lo que dicha constitución fue un acto del todo ilegal conforme a lo establecido por el artículo 212, en relación con el artículo 3º letra b) del Código del Trabajo, que reconoce sólo a los trabajadores el derecho a constituir organizaciones sindicales, es decir a quienes presten servicios bajo vínculo de subordinación y dependencia y en virtud de un contrato de trabajo. Y menos aun puede haber ocupado la Presidencia don Julio Oliva, persona que no cumplía con los requisitos para ser dirigente, conforme al artículo 236, del Código del Trabajo, puesto que todo estatuto sindical sólo puede admitir como socios a quien tiene calidad de trabajador, conforme al artículo 3º letra b), del Código del Trabajo”.

Estos argumentos omiten que Julio Oliva trabaja hace 18 años en El Siglo, Jorge Zúñiga, 7 y Raúl Blanchet, 11 años.

Frente a esta posición, que se contrasta de manera absoluta con la realidad, nuestra respuesta sigue siendo el llamado a la consecuencia.

La huelga continúa.

Sindicato de Trabajadores

Sociedad Editora, Impresora y Distribuidora de Publicaciones

Siglo XXI Ltda. (Semanario El Siglo)

R.S.U. 13.01.3098

Santiago 25 de agosto de 2008


viernes, 20 de junio de 2008

Trabajadores de El Siglo superan 250 días en huelga

A la opinión pública, a nuestros amigos y compañeros.

Al enterar 253 días de huelga, es decir ocho meses y medio, queremos informar del estado actual del conflicto.

Hace cinco meses y medio que está en circulación nuestro boletín, El Siglo en Huelga, y se vende en los quioscos de Santiago. Llevamos 23 ediciones, pese a las severas dificultades económicas.

Hemos realizado actos de solidaridad y conciertos en apoyo a la huelga.

La solidaridad no ha decaído, a pesar de que no está presente toda la que resulta necesaria para derrotar la soberbia de nuestro empleador. Pero seguimos contando con el respaldo incondicional de la Confederación de Empleados Particulares de Chile, CEPCH, al igual que con el apoyo fundamental de la Confederación General de Trabajadores, CGT Mosicam. También con el apoyo de la Confederación de Trabajadores Textiles, el Colegio de Periodistas, la Congemar, de sindicatos como los de Patroll, Asociación Chilena de Seguridad, ACHS o el sindicato de empresa Comicrom, entre muchos otros. Recibimos el respaldo de estudiantes de Enseñanza Media, Universitarios, de organizaciones poblacionales como el Movimiento de Pobladores en Lucha, MPL, y ANDAH Chile a Luchar, dirigentes políticos, militantes y dirigentes del Partido Comunista. Importante papel ha jugado el Grupo de Amigos del Sindicato El Siglo, residentes en Suecia.

La empresa dio por ganada la batalla al conocer el fallo de la Corte Suprema, del pasado 28 de enero, en que acogió los dos recursos de protección que presentó en contra de la Dirección del Trabajo. Nos ofreció “generosamente”, conversar en forma individual cada caso, para determinar el modo de desvincularnos definitivamente, pues para ella no existimos como sindicato, pero tiene la “buena voluntad” de tratar de darnos algo de dinero al separarnos de nuestra fuente laboral, considerando en todo caso a algunos de nuestros socios como recién llegados a la empresa cuando tienen 18, 15 y 11 años respectivamente en ella.

Hasta ahora, ninguno de nosotros ha tomado ese camino, que debido a las precarias condiciones económicas que nos afectan, resultaría fácil y permitiría cerrar este penoso capítulo. Hasta ahora nos mantenemos en el mismo pie del comienzo, para reclamar lo que es justo.

Por otra parte, el fallo de la Corte Suprema aclamado como una victoria por la empresa y la dirección del PC, sólo nos remitió a otra instancia judicial, pero no puso fin a la huelga ni al sindicato, como proclamaron ellos.

En medio de esta huelga, el amor no dejó de trabajar y es así como nuestra compañera, la periodista Ana Muga, se encuentra embarazada de seis meses. Y, como van las cosas, Simón Manuel nacerá con su madre todavía en huelga.

En el plano judicial, Empresa Editorial Siglo XXI Ltda., propiedad del Partido Comunista, está ad portas de perder dos juicios por despido injustificado de nuestros socios Eliana Gómez y Cristián Pavez, en los juzgados del Trabajo 7º y 4º, respectivamente. En su soberbia autodestructiva, la empresa y sus dueños no presentaron pruebas y en el caso de Eliana ni siquiera contestaron la demanda, por lo que fueron declarados en rebeldía. No tenemos dudas respecto a que, una vez que pierdan los juicios en los juzgados, apelarán hasta llegar nuevamente a la Corte Suprema, según el estilo empresarial adoptado.

También está en marcha otra demanda, en el 6º Juzgado del Trabajo, presentada por tres de nuestros socios, cuya condición de trabajadores dependientes de la empresa fuera objetada por esta. Se trata de Jorge Zúñiga, Julio Oliva y Raúl Blanchet.

Reiteramos a la opinión pública, a nuestros amigos y compañeros, tanto de Chile como en el extranjero, que la huelga continúa. Que estudiamos nuevas iniciativas para fortalecer nuestra exigencia.

Solicitamos todo el respaldo que nos puedan brindar, porque la extensión del movimiento nos causa un enorme desgaste, difícil de resistir. Necesitamos de esta solidaridad, especialmente, para impulsar las próximas iniciativas que preparamos.

No nos hemos rendido. No nos rendimos. No nos rendiremos.

La huelga continúa.

Sindicato de Trabajadores

Sociedad Editora, Impresora y Distribuidora de Publicaciones

Siglo XXI Ltda. (Semanario El Siglo)

R.S.U. 13.01.3098

Santiago 20 de junio de 2008

jueves, 22 de mayo de 2008

Cumplimos 227 días en huelga, siete meses y medio.

227 días en huelga

Al enterar 227 días en huelga, cabe preguntarse para qué resistir tanto y dilatar una situación que nos causa innumerables problemas en todo orden de cosas. Plantearse que talvez hubiera sido mejor dar vuelta la página, olvidar que alguna vez trabajamos en El Siglo y buscar nuevos horizontes, o tomar aquellas ofertas laborales que se nos han formulado.

Ciertamente podría ser más fácil y cómodo, olvidar nuestras demandas, abandonar la contienda con la empresa y su dueño, la dirección del Partido Comunista, en el que militamos algunos de nosotros, y ahorrarnos toda clase de sin sabores.

Sin embargo, no podríamos más adelante hablar en defensa de los derechos de los trabajadores, por no haber sido capaces de defender los nuestros. Si abandonásemos esta pequeña gran batalla, difícilmente podríamos volver a levantar nuestra voz por los derechos de nadie. Y por cualquier derecho humano, sea económico, político o social. Incluso por el más sagrado, el derecho a la vida. Porque cuando se vulnera un derecho esencial, se violan todos. No podríamos sostener que defendemos el derecho a la vida y a libertad, si no defendemos el derecho a la justicia en cualquiera de sus dimensiones.

Abandonar esta contienda significaría aceptar el doble discurso de la empresa y sus dueños, para quienes –parafraseando a George Orwell- todos los trabajadores son iguales, pero hay unos más iguales que otros. Es lo que demuestran el discurso con que se refieren a los trabajadores subcontratistas de Codelco, por una parte, y lo que sostienen respecto a nuestro “seudo sindicato” por otra.

No podemos adoptar una flexibilización tal respecto a cuestiones de principio. Allá quienes abrazan el pragmatismo como fórmula de vida y acción políticas. Nosotros no podemos desandar el camino recorrido, porque conduce a la justicia. Es por lo que hemos luchado toda la vida. No podríamos renunciar a ello aún a riesgo de ser derrotados. No seríamos los primeros ni los últimos trabajadores en sufrir un revés, pero cuando se levanta el clamor de justicia respecto a derechos laborales esenciales, por quienes hemos vivido para conquistar un país justo y democrático, sólo resta resistir hasta las últimas energías. Más aún, cuando cientos de voces amigas nos alientan y otras tantas manos solidarias se extienden a nosotros entregándonos la fuerza requerida para seguir adelante.

Sabemos que recae sobre nosotros la mirada de mucha gente, dentro y fuera del país, especialmente de quienes nos apoyan. A ellos también debemos responder.

La contienda seguirá en los tribunales, por encima de lo que anunció triunfal la empresa y la dirección del partido. No está dicha aún la última palabra y la huelga – a pesar de algunos-, todavía continúa.

23 de mayo de 2008

martes, 6 de mayo de 2008

Traidores y anticomunistas



A pesar de que son cada vez menores las acusaciones e incomprensiones ante nuestro movimiento sindical, de hecho el Primero de Mayo una sola persona nos acusó de “traidores”, queremos detenernos un instante para analizar estos dichos.

Desde que constituimos nuestro sindicato, y más aún cuando se inició la huelga, una parte de la dirección del Partido Comunista –dueños de la Editorial Siglo XXI- ha falseado la situación y nos ha atribuido intencionalidades ocultas tras el petitorio laboral.

Una primera aclaración necesaria es que, quienes trabajamos desde hace mucho más de 10 años en El Siglo, nunca hemos sido funcionarios del Partido Comunista cumpliendo esta labor. De hecho varios tuvimos alguna vez contrato de trabajo y hasta imposiciones, lo que cambió debido a graves problemas de la empresa y fue asumido por nosotros como parte de nuestro compromiso. Aunque siempre se dijo que esto sería momentáneo y que poco a poco se regularizaría. De hecho, cuando participamos como equipo en la construcción del proyecto que haría la transición entre El Siglo de tapas rojinegras al de cuatro colores, una de las principales preocupaciones de la compañera Gladis Marín era el que se regularizara la situación de cada uno, con contrato de trabajo y acceso a Salud y Previsión.

Esto no lo cambiamos nosotros, fue el nuevo director –Francisco Herreros- quien nos comunicó que venía con amplios poderes, entregados por la dirección del PC, para dar forma de real empresa a la editorial. Algunos pensamos que por fin se regularizaría todo, sin embargo la condición de empresa solamente se vio reflejada en la inmensa diferencia entre nuestros salarios, congelados desde 2001, y el sueldo del director. Así como también en la unilateralidad de las decisiones, que antes fueron siempre colectivizadas por otros directores, como Juan Andrés Lagos, Claudio De Negri y Fernando Quilodrán, todos militantes y miembros del Comité Central del PC, a diferencia de Herreros.

Sin considerar nuestra opinión, fundamentada en la experiencia, se nos exigía autofinanciar El Siglo hasta que produjese utilidades, para de esa forma aumentar nuestros salarios, mientras se pauteaban temas que ensimismaban al periódico y los titulares de portada reflejaban este hecho, lo que bajó considerablemente las ventas. La idea del proyecto anterior era ampliar El Siglo para transformarlo en el periódico de la izquierda chilena, de los antineoliberales, lo que a su vez abría la posibilidad de que las ideas centrales de la línea política del PC fuesen más difundidas y que el semanario se vendiera más.

Eso cambió radicalmente y comenzó la transformación sin ningún estudio serio. La Margarita fue sacada de portada, por “fome” según el director, quien ni siquiera le avisó al autor. Se dio inicio a una serie de censuras, como la que afectó a María Jesús Sanhueza, Lautaro Guanca y los dirigentes de Andha Chile, y luego se “olvidaron” en los cajones de algún escritorio todas las denuncias sobre la corrupción concertacionista que podíamos publicar.
Eso se sumó al inicio de los despidos, con la obvia finalidad de desarticular este equipo que les parecía “molesto”. Y pronto vendrían las descalificaciones: que Oliva quería ser director; que Blanchet tenía “cuentas pendientes” con la dirección; que Valdés era “rodriguista”, etc. Algunos militantes, mayoritariamente funcionarios directos o indirectos del partido, han repetido el verso aprendido. Por suerte, como la mayoría de nosotros no somos unos aparecidos, han sido muchos los que nos entregaron su apoyo, sus palabras de aliento, los abrazos y los gestos de solidaridad, como en el último Primero de Mayo y en el recital de Francisco Villa.

Pero nos queda la interrogante: ¿quiénes son los traidores y anticomunistas, entonces?. Lo serán acaso aquellos que se han negado a cerrar este conflicto y lo llevaron hasta la Corte Suprema para alcanzar un fallo contra la Dirección del Trabajo. O quienes niegan los derechos de los trabajadores, a pesar de los discursos públicos. Quizás lo sean quienes, con sus actitudes, fomentan la campaña anticomunista con su inconsecuencia o aquellos que, en 18 años, están logrando lo que no pudieron los regímenes opresivos de mediados del siglo pasado ni la dictadura pinochetista: minimizar al máximo la herramienta política de la clase trabajadora.

Eso lo dirá el futuro.

Julio Oliva García
Presidente Sindicato Editorial Siglo XXI
Semanario El Siglo

jueves, 24 de abril de 2008

Saludo de Orlando Caputo a huelguistas de El Siglo

Estimado Julio Oliva,

Un saludo fraterno a los compañeros de El Siglo en huelga.

Parece increíble, una mínima visión política exige que los problemas en el seno del pueblo y de los trabajadores se resuelvan en sus propias organizaciones.

Si no somos capaces de eso, ¿cómo se puede ofrecer una alternativa diferente al capitalismo? .

Saludos a Francisco Villa y a todos los compañeros

Un abrazo fraterno

Orlando Caputo

sábado, 19 de abril de 2008

Concierto de Francisco Villa

FRANCISCO VILLA CON
"EL SIGLO EN HUELGA"

En Concierto

Los trabajadores del sindicato del semanario "El Siglo", junto al conocido cantautor, invitan a un concierto solidario, al cumplirse 200 días de su movilización.

Francisco Villa con "El Siglo en huelga"

Viernes 25 abr 2008, 20:00 horas

Teatro Camilo Henríquez
Amunátegui 31, Metro Moneda, Santiago de Chile,
Adhesión : $ 2.000

Ayúdanos a difundir la noticia, gracias.


www.franciscovilla.org
www.myspace.com/franciscovillatrova

lunes, 31 de marzo de 2008

Declaración al cumplir 180 días en huelga



El uno de abril se cumplen 180 días de iniciada la huelga de los trabajadores del semanario El Siglo. Seis meses de una movilización que pudo haberse evitado, primero, reconociendo nuestra organización sindical, acogiendo nuestras peticiones y negociando una salida apropiada para todos. Pero pudo más la soberbia de la empresa y sus dueños, determinados a no tolerar nuestra existencia y menos aceptar nuestra demanda de contar con un contrato colectivo, reajuste salarial y mejorar las condiciones materiales de trabajo.

Calificaron nuestra organización y peticiones, como una operación política en contra del Partido Comunista, propietario de El Siglo. De ajuste de cuentas entre algunos de nosotros, militantes del partido, con la dirección central debido a diferencias políticas. En ese afán, la empresa y sus dueños han actuado como todos los empleadores a la hora de enfrentar a sus trabajadores organizados: mintiendo, descalificando y utilizando la ley hecha a medida de los empresarios para aplastar a los trabajadores.

Los dueños de la empresa cantaron victoria tras el fallo de la Corte Suprema, del 28 de enero pasado, que aceptó su apelación por dos recursos de protección contra la Dirección del Trabajo, rechazados antes por la Corte de Apelaciones de Santiago. La Suprema falló como lo viene haciendo hace tiempo, en favor de la empresa y contra el órgano fiscalizador, con lo que entrampó el conflicto sin dirimir nada de fondo. Sólo anuló la multa aplicada contra la empresa por no escriturar los contratos de Julio Oliva, editor general, Jorge Zúñiga, reportero gráfico y Raúl Blanchet, periodista, pero dejó en statu quo la condición de los trabajadores y su relación con la empresa. No sancionó que fueran trabajadores a honorarios los tres objetados por Editorial Siglo XXI, sólo tuvo en consideración este argumento suyo para detener el proceso de negociación colectiva, pero no para ponerle término, como tampoco a la huelga. Tanto es así, que no hemos sido informados oficialmente de ninguna medida al respecto por parte de la Dirección del Trabajo y, consultados los funcionarios que llevan el caso, reconocen no contar un claro dictamen judicial que ordene las medidas que debieran adoptar.

La Suprema más bien señaló que era la justicia laboral la única que podía determinar si todos quienes constituimos el sindicato éramos trabajadores dependientes de la empresa al momento de hacerlo y, a partir de ese dato, validar o no el proceso de negociación iniciado el 10 de agosto de 2007.

Pero la empresa y la dirección central del Partido Comunista creyeron llegada la hora de un resonante triunfo y enviaron un mensaje a los “vencidos”: Como luego del fallo de la Corte Suprema el sindicato ya no existía, cada trabajador afiliado a éste debía acercarse individualmente a la empresa y negociar su forma de término del conflicto. Con ello pretendió mostrar una disposición de vencedor generoso para superar la situación. Es lo que se ha informado a los militantes y a la opinión pública.

Lo cierto es que el conflicto no ha terminado. Todavía quedan importantes aspectos legales que resolver, por lo que los tres trabajadores objetados por la empresa, quienes laboramos en El Siglo por 18, 10 y 8 años respectivamente, hemos recurrido al 6º Tribunal del Trabajo para que sea él, de acuerdo a lo dictaminado por la Corte Suprema, quien establezca si somos trabajadores dependientes o a honorarios.

Los huelguistas de El Siglo agradecemos toda la solidaridad entregada por sindicatos, algunas confederaciones, dirigentes sindicales, dirigentes políticos, organizaciones de pobladores, de estudiantes, personas naturales, militantes de distintos partidos, incluidos muchos militantes comunistas. Agradecemos a los artistas que nos apoyan y a nuestro grupo de amigos en Suecia. Sin el esfuerzo generoso de todos ellos no hubiéramos podido resistir todo este tiempo.

Cada día que pasa la situación se hace más difícil para nosotros. La empresa y sus dueños cuentan con ello, empecinados en derrotarnos. Necesitamos más que nunca que el apoyo solidario no decaiga. Al contrario, pedimos a quienes se sienten identificados con nuestra lucha, y hasta ahora no adoptaron iniciativas prácticas para expresarlo, entregarnos su respaldo concreto. Les pedimos comprar o promover la venta de nuestro boletín El Siglo en Huelga, en venta en los quioscos gracias a la solidaridad de nuestros colegas suplementeros.

Por nuestra parte, en virtud de que la Dirección del Trabajo no nos ha notificado del fin de la huelga, la nulidad de la negociación colectiva y mucho menos del fin del sindicato, mantendremos nuestra acción y la denuncia pública del comportamiento de quienes han enlodado al semanario El Siglo, editándolo con rompehuelgas y exponiéndolo al descrédito por hacerlo representar a dirigentes políticos que mantienen un doble discurso ante los trabajadores.

La huelga continúa.


Sindicato de Trabajadores
Sociedad Editora, Impresora y Distribuidora de Publicaciones
Siglo XXI Ltda. (Semanario El Siglo)
R.S.U. 13.01.3098

Santiago 28 de marzo 2008

miércoles, 27 de febrero de 2008

Entrevista al presidente de nuestro sindicato publicada en diversos sitios web

Entrevista a Julio Oliva, Presidente del Sindicato de Trabajadores del periódico oficial del Partido Comunista.

CHILE: LA HUELGA MÁS LARGA DEL SIGLO Y SUS IMPLICANCIAS POLÍTICAS

Julio Oliva García es genéticamente comunista. Sus padres, ambos comunistas, lo concibieron durante un paseo del partido en 1965. Su abuelo, Gabriel García, recibió su primera cédula comunista en las salitreras nortinas en la década del 30 del siglo pasado. Gabriel vivió todas las represiones imaginables y fue presidente del Sindicato de la Imprenta Horizonte, expropiada por el pinochetismo, y por la cual, el Partido Comunista recibirá pronto a modo de indemnización, casi 6 mil millones de pesos (más de 12 millones de dólares).

Su padre fue Julio Oliva Villalobos, dirigente sindical de MADECO a la hora del golpe de Estado de 1973. Allí lo detuvieron los militares y estuvo preso en la Fuerza Aérea, en el Estadio Chile (hoy, Víctor Jara) y permaneció cautivo un año en Chacabuco. A fines de los 70, Julio Oliva Villalobos se integró a los grupos que posteriormente constituirían la fuerza armada del partido. Fue parte del Frente Cero y fue uno de los primeros miembros del Frente Patriótico Manuel Rodríguez. El 23 de agosto de 1984 cayó combatiendo luego de una recuperación de material militar realizada en un conjunto de armerías del centro de Santiago.

Julio Oliva García entró a las Juventudes Comunistas en 1980, cuando tenía 15 años. Dice que en el Pedagógico tuvo la oportunidad de "conocer a personas tan hermosas, como el militante del MIR, Eduardo Vergara Toledo". Terminada la dictadura militar, Julio fue miembro del Comité Central del PC, candidato municipal por San Joaquín, candidato a diputado por la circunscripción de La Florida por el Pacto de izquierda Juntos Podemos, y actualmente es vocero de la organización de Derechos Humanos, "La Funa", que denuncia en su propia casa o trabajo a los agentes probados del terrorismo estatal que desaparecieron, ejecutaron y torturaron a militantes y simpatizantes de la Unidad Popular, y que hoy permanecen impunes.

Ahora le toca ser presidente del Sindicato de Trabajadores del órgano oficial del Partido Comunista de Chile, "El Siglo". Allí ocupó el cargo de Editor General y dejó 18 años de su vida. El Sindicato lleva 5 meses de huelga, la más larga del siglo, según la Dirección del Trabajo.

EL CONFLICTO

¿Cuál es el origen de la huelga?

"La crisis coincide con la llegada de Francisco Herreros a la dirección del periódico el 2003. Los periodistas, fotógrafo y redactores, hasta su llegada, veníamos trabajando como equipo desde hace más de 10 años. Nosotros siempre tuvimos la idea de que El Siglo dejara de verse como el órgano oficial del PC para que fuera una revista más amplia, hecha para el conjunto de la izquierda. La línea editorial siempre estuvo garantizada para el PC, pero la idea es que pudiéramos llegar a los más vastos sectores. Nuestra manera de trabajar era absolutamente colectiva y el objetivo era entregar un producto de calidad al pueblo. Con la llegada de Herreros, se acaba el trabajo colectivo, Él es el que hace las pautas y las portadas, y nos informó que El Siglo es ya una empresa que debe financiarse y que cuando aparezcan utilidades, se nos subirá el sueldo, congelado desde el 2001. Yo, el más antiguo y el que más ganaba, obtenía $ 270 mil pesos de salario mensual (poco más de 500 dólares), y el peor pagado $ 140 mil pesos (menos que el sueldo mínimo). Francisco Herreros le pone un sello a El Siglo restringido al puro quehacer partidario. En marzo de 2006 estalla la crisis cuando nosotros, después de mucho tiempo, pedimos una reunión con los dueños del periódico, es decir con la dirección política del PC, para hacerle ver lo que considerábamos que no estaba funcionando bien en la publicación. Inmediatamente vino el despido de algunos compañeros, lo que gatilló la decisión de formar el Sindicato de Trabajadores de la Editorial Siglo XXI."

¿No hicieron gestiones anexas considerando que muchos de los trabajadores eran militantes históricos?

"Tratamos siempre de provocar un acercamiento hacia el partido para resolver rápido el problema, pero los intentos no fructificaron. Mientras tanto, nosotros seguíamos trabajando. Posteriormente, presentamos nuestro proyecto de Negociación Colectiva. La empresa jamás reconoció nuestra condición de sindicato, pese a que este hecho fue ratificado legalmente por la propia Dirección del Trabajo. El 2 de octubre de 2007 comenzamos la huelga, luego de lo cual ha habido una serie de acciones judiciales por ambos lados. Paralelamente sostuvimos conversaciones con un miembro del PC que hizo de intermediador, a quien le expusimos que el conflicto podía terminar al momento de que nos pagaran $ 20 millones de pesos a repartirse entre 8 trabajadores por concepto de indemnizaciones. Se nos negó este arreglo también. Y así llevamos 5 meses de huelga, la más larga del siglo en Chile."


EL SIGLO EN HUELGA EN LOS KIOSCOS

¿Cómo enfrentaron la huelga?

"Nosotros decidimos hacer una huelga, trabajando. Así llevamos 6 números del periódico El Siglo en Huelga, cuyos últimos 3 números están a la venta en todos los kioscos del centro de Santiago, gracias al apoyo de la Confederación de Suplementeros."

¿Qué opinan los militantes ante su movimiento?

"Ha habido tres reacciones por parte de la militancia comunista. Una parte, correspondiente a dirigentes y funcionarios del PC o de gremios que dependen económicamente del partido, ha hecho una defensa muy cerrada de la postura de la dirección del partido, y nos ha acusado de traidores, agentes de la CIA , etcétera. Pero ese es un círculo muy reducido. Otra militancia se nos ha acercado para saber más y conocer los dos lados. Ella nos dice que ojalá nos vaya bien. Es más bien una solidaridad de palabra. Y existe una tercera respuesta de un importante sector de dirigentes y militantes que nos ha brindado una solidaridad mucho más activa. Nos ha ofrecido recursos, mercadería y ha enviado cartas a la dirección para que se resuelva el tema. Y fuera del PC, hemos contado con el amplio apoyo de los sindicatos y sus dirigentes, debido al contrasentido que expresa nuestra situación. Al respecto, la peor propaganda contra el partido la ha hecho la propia dirección al dilatar la solución del conflicto."

¿Serían distintas las cosas con la extinta Gladys Marín a la cabeza de la organización?

"No es por decir que la compañera Gladys haya sido una mujer perfecta, pero yo creo que ella habría tomado cartas en el asunto cuando recién comenzó el conflicto. Una de las principales preocupaciones de Gladys era que todos los trabajadores de El Siglo tuviéramos contrato."


LA RAZÓN POLÍTICA

¿Existen elementos políticos involucrados en la huelga?

"Un conflicto laboral siempre es un conflicto político. Eso lo aprendimos tempranamente en el partido. Las imposiciones del nuevo director de El Siglo no sólo son formales. Aquí nos encontramos con censura contra dirigentes sociales, como la prohibición de que apareciera en el periódico una de las líderes de la rebelión pinguina, María Jesús Sanhueza, porque se habría peleado con la dirección de la Jota. Otro afectado fue Lautaro Huanca, dirigente de los pobladores de la comuna de Peñalolén, por similares razones que María Jesús. Lo mismo con los pobladores de la organización de deudores habitacionales Andha Chile a Luchar. Y después hubo censuras políticas más delicadas. Ya no pudimos publicar nada sobre la corrupción del gobierno, aunque tuviéramos todos los antecedentes, porque la dirección decía que no. Obviamente con el objetivo de no entorpecer las negociaciones con la Concertación para terminar con el sistema binominal, y obtener eventualmente algunos cupos en el parlamento."

¿Qué significa esto?

"Esto demuestra un viraje político que se traduce en un alejamiento de la izquierda aglutinada en el Juntos Podemos y un acercamiento a la Concertación. Para la segunda vuelta en las presidenciales, el partido comenzó a llamar a votar por la Concertación, y hasta bajaron las ventas del periódico. Esto va aparejado a que El Siglo se ha convertido en una revista institucional de la dirección partidaria, casi una publicación de relaciones públicas. En este sentido, el equipo de trabajadores en huelga de El Siglo estaba resultando un estorbo."

¿Cómo se llega a la dirección de El Siglo?

"Francisco Herreros, el director, lleva un año de militancia. Sin embargo, El Siglo siempre fue dirigido por alguien de la Comisión Política o del Comité Central: Luis Corvalán, Volodia Teiltelboim, Jorge Insunza, Rodrigo Rojas, Juan Andrés Lagos, Claudio de Negri, Fernando Quilodrán, etcétera. Esto le llama mucho la atención a la vieja militancia."


EL PC PROFUNDO

¿Cuál es el estado de salud del PC?

"Hoy hay una crisis muy seria en el partido. Sobre todo en lo correspondiente a la democracia interna. Hay un par de grupos que se han hecho de la dirección del partido. La normativa interna del PC en la actualidad, impide el desarrollo de nuevos liderazgos y del ingreso de nuevos militantes a las direcciones. Otro problema es que un porcentaje alto de los miembros del Comité Central son "funcionarios de local" del PC, pero dejaron de ser activistas."

¿Qué diferencias adviertes entre el PC que luchó contra la dictadura y el actual?

"Con la política de Rebelión Popular de Masas, con la superación del llamado "vacío histórico" a través de la creación del Frente Patriótico Manuel Rodríguez, durante la dictadura también el militante comunista fue formado como un revolucionario íntegro. Sin embargo, esta política fue desarticulada terminada la dictadura. Por eso yo creo que la gran mayoría de los comunistas de los 80 está fuera del partido. Hoy el Partido Comunista no alcanza los 4 mil militantes en todo el país. En realidad, los comunistas están fuera del partido. Yo creo que hay gente que se fue para la casa, aburrida de luchar contra esta muralla antidemocrática. Pero también hay gente que no milita, pero sigue en organizaciones sociales, en sindicatos, ayudando a la reconstrucción de los trabajadores y el pueblo."

¿Cuáles son las prioridades del PC hoy?

"Hace mucho tiempo que en el partido no existen políticas hacia los trabajadores, hacia los pobladores. Paulatinamente, el Partido Comunista se ha ido convirtiendo en un partido "ciudadano" como el Partido Por la Democracia (el PPD de la Concertación), donde más valen 30 segundos de televisión que el trabajo que pueda hacerse con las bases. Esto ha provocado que cada vez más el PC tenga menos incidencia real."

Ante tu diagnóstico, ¿qué horizontes adviertes?

"Yo creo que pueden haber diferentes salidas. Pero hay que construir una. Hay gente que todavía piensa que desde el interior del partido se pueden cambiar a estas direcciones "estalinistas y socialdemócratas". Sin embargo, me parece que lo que cabe hacer es procurar conformar un movimiento de los comunistas, o de refundación comunista. Que, primero, nos retorne a los principios de Luis Emilio Recabarren (fundador del PC), a recuperar el sentido de clase del partido. Y luego repensar la política de Rebelión Popular de Masas, que le dio el contenido revolucionario completo a la organización."

¿Es decir privilegiar la lucha y todas sus posibilidades?

"La confrontación entre las clases siempre existe. Y, por tanto, siempre hay que estar preparados íntegramente. Teórica y materialmente. Porque cuando avance la lucha de los trabajadores y el pueblo nos vamos a encontrar con las resistencias de la minoría privilegiada. Hoy no se sigue solamente explotando a los trabajadores, sino también asesinándolos. Ahí tienes los casos de Rodrigo Cisternas, de los jóvenes mapuche, del estudiante Daniel Menco. Los organismos de seguridad siguen funcionando."

¿Cómo evalúas el panorama de la izquierda chilena?

"Aquí tenemos que reconstituirnos como izquierdas. Esta debe ser una época de mucha generosidad. Deben dejarse de lado rencillas antiguas. Nuestro horizonte son los trabajadores y el pueblo. Tenemos que ponernos de acuerdo en cuestiones bastante generales, pero no por ello, menos potentes."

El periódico El Siglo en Huelga cuelga perceptible y contradictoriamente junto a El Siglo "oficial" en uno de los costados de un kiosco en plena Alameda, arteria central de Santiago de Chile. Algunos capitalinos se detienen, tratando de entender. Lo cierto es que algo está ocurriendo en el que fuera el Partido Comunista más grande de Latinoamérica luego del cubano. Y sus militantes tienen el derecho y el deber de expresar sus discrepancias. Desde la izquierda y para bien de las luchas que se avecinan.

Andrés Figueroa Cornejo

Polo de Trabajador@s por el Socialismo

Febrero de 2008

El PC miente a sus militantes sobre la huelga de El Siglo

Ante fallo de la Suprema contra la Dirección del Trabajo:

El PC miente a sus militantes sobre la huelga de El Siglo

Con un apresuramiento digno de todas las torpezas que han cometido en el ámbito legal, representantes de la dirección del Partido Comunista, a través de un comunicado oficial distribuido a sus militantes, vuelven a mentir sobre la situación que afecta a los trabajadores del Semanario El Siglo, quienes por estos días superan los 140 días de huelga.
Vía correo electrónico, como parte de la denominada “Hoja Informativa” de su Comisión Nacional de Organización (ver recuadro), el Partido Comunista entrega nuevamente una versión antojadiza de los hechos que rodean el conflicto laboral del Semanario El Siglo.
Recordemos que fue el director impuesto por una parte de la Comisión Política del PC, Francisco Herreros, quien cambió los términos en que se trabajaba en el periódico comunista, señalando que “este no es el partido, es una empresa que debe financiarse y, cuando tenga utilidades, se podrá ver lo de los sueldos”. Dichos sueldos están congelados desde comienzos del 2001 y fluctúan entre 140 y 270 mil pesos, por lo que eran desde hacía ya tiempo uno de los problemas que los trabajadores deseaban plantear a los dueños de la Editorial Siglo XXI.
Se suponía que Herreros era quien sacaría al semanario de la crisis económica producida por la nula gestión comercial sostenida desde los primeros días de su reaparición legal, en septiembre de 1989. Sin embargo, los cambios provocados por el nuevo director no sólo hicieron más profunda tal crisis, sino que a la vez terminaron con el trabajo colectivo que se desarrollaba en el equipo periodístico, redujeron las temáticas de portada a títulos centrados en lo político, impusieron la salida de la Margarita, el fin de algunas secciones de texto menos extenso, el cambio de otras y sus denominaciones, llegando incluso a la abierta censura a dirigentes sociales, como María Jesús Sanhueza, Lautaro Guanca y los integrantes de ANDHA Chile, o los representantes del Juntos Podemos que no concordaron con el “paso táctico” de llamar a votar por Bachelet, como también al “olvido” de denuncias contra la corrupción del gobierno y la concertación.
A comienzos de 2007, ante la insistencia de los trabajadores de comunicarse con los propietarios de la Editorial Siglo XXI, Herreros avisó que se produciría tal reunión en la que se entregaría una visión de la empresa y se comunicarían las medidas a tomar. Sin embargo la única persona que se hizo presente, instalándose en la oficina del director, fue el abogado Pedro Aravena quien comenzó a llamar uno a uno a varios de los trabajadores para notificarles de su despido. Los trabajadores se organizaron para obtener que, al menos, fueran desvinculados aplicando los mínimos resguardos que establece la precaria Ley del Trabajo.
Desde la constitución del sindicato, se producen una serie de medidas de rechazo y hostigamiento contra la organización y sus integrantes. Se buscó desprestigiarles, en especial a sus dirigentes, en base a inexactitudes y falsedades, como la afirmación de que los trabajadores de El Siglo serían funcionarios del Partido Comunista de Chile y que por tal condición habrían aceptado, desde siempre, trabajar sin contratos ni otras disposiciones legales elementales que benefician a los trabajadores del país.
Los primeros despidos se consolidaron a fines de marzo e involucraron a Marco Díaz, empleado administrativo, y al periodista Iván Valdés, ex subdirector del semanario y editor de Economía, ambos socios fundadores del sindicato, quienes lograron un acuerdo de despido relativamente satisfactorio.
Más adelante fue despedido el periodista Cristián Pavez, a quien se le ofreció una suma indemnizatoria muy por debajo de los montos legales correspondientes y se le dijo que, si quería obtener una indemnización mayor, acudiera a los tribunales. Así lo hizo, y actualmente el juicio avanza en un juzgado del Trabajo.

Prácticas antisindicales

En medio de la negociación colectiva, fueron notificados verbalmente Julio Oliva y Raúl Blanchet, presidente y secretario del sindicato respectivamente, de que serían despedidos. La notificación se produjo simultáneamente con la respuesta negativa de la empresa al petitorio, la presentación hecha por el empleador ante la Dirección del Trabajo y el traslado de los medios esenciales de producción del semanario a otras oficinas, instaladas en Vicuña Mackenna 31.
La Inspección del Trabajo ordenó el inmediato reintegro de ambos despedidos y un representante de la empresa firmó un acta ante la autoridad, comprometiéndose a reincorporarlos en las mismas labores que desempeñaban al ser notificados. Guillermo Teillier, entrevistado por Julio César Rodríguez en el programa “Podría ser peor” de Radio Bío-Bío, dijo desconocer el hecho del despido de los dirigentes, que todos los trabajadores tienen contrato –aunque ellos no lo hubiesen querido así-, y que él no “daba órdenes” a la empresa para buscar una salida al conflicto (se adjunta audio completo, en el cual queda en evidencia lo poco que sabe Teillier de El Siglo o su falta de disposición a meterse en el tema).
A los dirigentes reintegrados no se les volvió a publicar ningún artículo. El 24 de septiembre fueron trasladados todos los integrantes del sindicato hasta el lugar en que la empresa estableció su nueva dirección comercial: Carmen 340. Allí fueron hacinados los siete trabajadores en una pequeña oficina de 12 metros cuadrados, en la que encontraron tres escritorios y la misma cantidad de computadores desarmados en el suelo. A partir de entonces no contaron con acceso a teléfono, internet ni relación con sus empleadores para continuar sus labores.
Tras aprobarse la huelga legal se solicitaron los buenos oficios de la Dirección del Trabajo. El organismo citó a ambas partes pero sólo llegaron los trabajadores. Contactado por la mediadora del organismo estatal el representante legal, Claudio de Negri, respondió que la empresa no se presentaría, pues no reconocía la legalidad del procedimiento.
La huelga se inició el dos de octubre. El directorio de la empresa mantuvo la publicación de El Siglo desde las dependencias de Vicuña Mackenna 31, con el empleo de personal de reemplazo, popularmente conocidos como rompehuelgas. El hecho fue denunciado a la Dirección del Trabajo, la que ordenó una fiscalización. La fiscalizadora enviada por la Inspección fue impedida de realizar su labor por una comitiva de dirigentes del Partido Comunista, quienes acusaron al organismo fiscalizador de estar coludido “en una conjura en contra de la colectividad”.
Ante una propuesta responsable y ponderada de la organización sindical, que contemplaba solamente un acercamiento al pago del mes por año, dejando de lado muchos otros cobros legales, la empresa respondió con el intento de dividir al sindicato y desconociendo la antigüedad de Julio Oliva, Jorge Texier y Raúl Blanchet.

Respaldo de la Corte de Apelaciones

Tras varios meses de tramitación, finalmente el cinco de diciembre de 2007 la Corte de Apelaciones de Santiago no dio lugar a dos recursos de protección interpuestos por el representante legal de Editorial Siglo XXI y Pedro Aravena, abogado de la empresa, en contra de la Dirección Provincial del Trabajo Santiago Centro reclamando la legalidad del sindicato y de la negociación colectiva presentada por la organización de trabajadores.
Los fallos, adoptados por la Quinta Sala, señalan que “los hechos constatados personalmente por la fiscalizadora en dependencias de la empresa denunciada, constituyen, ciertamente, elementos que configuran una relación de subordinación y dependencia, los cuales permiten presumir la existencia de un contrato de trabajo (…) En consecuencia, la fiscalizadora actuó dentro de la esfera de sus atribuciones, al exigir al empleador que suscribiera los contratos respectivos, cualquiera hubiera sido la denominación que éste le hubiere dado a la relación jurídica que mantenía con esas personas (…) Negar, en consecuencia, la posibilidad de que el órgano encargado por ley de velar por el cumplimiento de la legislación laboral, ejerza una efectiva función fiscalizadora, develando situaciones que aparecen revestidas de una condición diferente a lo que ocurre en los hechos, en perjuicio de los derechos de los trabajadores, implica inhibirlo de una función que le es propia y que se justifica por el principio de protección al trabajador que sustenta toda la legislación laboral y el derecho social en general”, esto en el caso del primer recurso que pretendía desconocer la calidad de trabajadores de los integrantes del sindicato.
En el segundo, que recurría de protección contra la legalidad de la Negociación Colectiva, la Quinta Sala señala que “la autoridad administrativa recurrida ha invocado las potestades que la ley le confiere para pronunciarse sobre las referidas objeciones de legalidad y ha fundamentado lo resuelto argumentando, en síntesis, que de (…) el sindicato fue constituído válidamente meses antes de iniciarse la negociación colectiva, habiéndose elegido a la comisión negociadora conforme a la ley y que el vínculo laboral de los trabajadores objetados por la empresa, emana de una fiscalización efectuada con anterioridad por ese organismo, en la que se constató la concurrencia de los requisitos que configuran una relación de subordinación y dependencia a su respecto (…) Que, así las cosas, no se advierte que la resolución impugnada sea un acto ilegal ni arbitrario, en los términos que le fueron atribuidos por el recurrente, en razón de lo cual y no concurriendo el requisito básico para la procedencia de esta acción cautelar, resulta inoficioso pronunciarse sobre una eventual vulneración de derechos fundamentales, debiendo rechazarse, derechamente, el recurso”.

La versión de la “Hoja Informativa”

La comunicación oficial enviada a todos los correos electrónicos de dirigentes y militantes del Partido Comunista, a través de la “Hoja Informativa” de la Comisión Nacional de Organización del PC, correspondiente al Nº 389 del Año 11 y despachada en el mes de febrero, contiene información interna que incluye en “Hitos de marzo”: “Lucha contra la exclusión”, “Gladys y el Día Internacional de la Mujer”. Luego se refiere al tema “Electoral”, “Educación”, “Lucha de los trabajadores” y un “Calendario de actividades”, enfatizando que “Esta es una publicación destinada a todas las estructuras del Partido. Comités Regionales, Comités Comunales, Comités Sectoriales y Células. Es obligación de quien la reciba hacerla llegar a toda la militancia”.
Con respecto a la “Situación de El Siglo”, la “Hoja Informativa” señala: “Queremos entregar la última información al partido respecto a la situación de El Siglo. Asumimos que todo el partido ha estado informado a través de las instancias regulares sobre este proceso que ha tenido su tiempo.
Con fecha 28 de enero del presente año se resolvió de manera definitiva por los Tribunales el conflicto legal entre la Sociedad Editora, Impresora y Distribuidora de Publicaciones Siglo XXI Ltda., que edita, publica y distribuye nuestro Semanario "El Siglo" y quienes se auto arrogaban la calidad de dirigentes sindicales y que venían sosteniendo un movimiento huelguístico en contra de dicha empresa.
De acuerdo a los fallos judiciales, quedo en claro que los Sres. Julio Oliva, José Zúñiga (SIC) y Raúl Blanchet no tienen la calidad de trabajadores dependientes de dicha empresa, ya que hay documentación que acredita que prestaban servicios a honorarios y que, por consiguiente, no existe legalmente el Sindicato del que ellos dicen formar parte y por lo mismo, no hay una negociación colectiva en curso ni huelga que pueda sostenerse de manera alguna.
Ha quedado en evidencia la total justeza y rectitud de lo señalado por dicha empresa respecto de la ilegitimidad de los reclamos que invocaban estas personas.
Ante la cantidad de mentiras que se montaron en una verdadera campaña que recibiera el apoyo de diversos medios de comunicación y personeros del modelo, la Empresa se reserva el derecho de accionar judicialmente respecto de quienes intentaron dañar la honra y el prestigio de los colaboradores que con su labor permitieron que El Siglo siguiera publicándose e impidieron que cerrara dicho Semanario, uno de los objetivos que buscaron desesperada e inútilmente.
Debemos recordar que la editora realizo gestiones hasta ultimo momento, mas allá de la resolución de los tribunales ofreciendo llegar a un acuerdo”.

El fallo empresarial

Ante la queja de Editorial Siglo XXI presentada ante la Corte Suprema, tal y como lo hace por estos días CODELCO para no reconocer a los subcontratados como parte de la empresa, finalmente el fallo de la Tercera Sala consignó, como es de su costumbre, que la Dirección del Trabajo no tendría atribuciones para determinar quienes son o no trabajadores dependientes de alguna empresa.
Sin tratar el fondo del asunto, visto ya en Corte de Apelaciones, y sin que pudiesen alegar los abogados de las partes, los ministros Adalis Oyarzún, Héctor Carreño, Sonia Araneda y el abogado integrante Gorziglia, en uno de los casos, y el ministro Ricardo Galvez en el otro, con el voto en contra del ministro Pedro Pierry –quien estuvo por mantener el fallo de la Quinta Sala de la Corte de Apelaciones-, determinaron que Editorial Siglo XXI no pagase la multa por la no escrituración de contratos y que lo demás “corresponde sea dirimido por el órgano legalmente investido de competencia para ello, que lo es un juzgado del trabajo”. Es decir, en ningún lugar señala que “Julio Oliva, Jorge Zúñiga y Raúl Blanchet no tienen la calidad de trabajadores dependientes de dicha empresa”, como lo afirma la dirección del PC. Cosa que por lo demás es absolutamente refutable con decenas de pruebas y el testimonio de muchos de aquellos a quienes les ha llegado este comunicado oficial, a quienes les consta la cantidad de años que han trabajado en El Siglo, entregando no sólo su experiencia profesional sino muchas veces arriesgando hasta la vida, Julio Oliva, Jorge Zúñiga y Raúl Blanchet.