martes, 6 de mayo de 2008

Traidores y anticomunistas



A pesar de que son cada vez menores las acusaciones e incomprensiones ante nuestro movimiento sindical, de hecho el Primero de Mayo una sola persona nos acusó de “traidores”, queremos detenernos un instante para analizar estos dichos.

Desde que constituimos nuestro sindicato, y más aún cuando se inició la huelga, una parte de la dirección del Partido Comunista –dueños de la Editorial Siglo XXI- ha falseado la situación y nos ha atribuido intencionalidades ocultas tras el petitorio laboral.

Una primera aclaración necesaria es que, quienes trabajamos desde hace mucho más de 10 años en El Siglo, nunca hemos sido funcionarios del Partido Comunista cumpliendo esta labor. De hecho varios tuvimos alguna vez contrato de trabajo y hasta imposiciones, lo que cambió debido a graves problemas de la empresa y fue asumido por nosotros como parte de nuestro compromiso. Aunque siempre se dijo que esto sería momentáneo y que poco a poco se regularizaría. De hecho, cuando participamos como equipo en la construcción del proyecto que haría la transición entre El Siglo de tapas rojinegras al de cuatro colores, una de las principales preocupaciones de la compañera Gladis Marín era el que se regularizara la situación de cada uno, con contrato de trabajo y acceso a Salud y Previsión.

Esto no lo cambiamos nosotros, fue el nuevo director –Francisco Herreros- quien nos comunicó que venía con amplios poderes, entregados por la dirección del PC, para dar forma de real empresa a la editorial. Algunos pensamos que por fin se regularizaría todo, sin embargo la condición de empresa solamente se vio reflejada en la inmensa diferencia entre nuestros salarios, congelados desde 2001, y el sueldo del director. Así como también en la unilateralidad de las decisiones, que antes fueron siempre colectivizadas por otros directores, como Juan Andrés Lagos, Claudio De Negri y Fernando Quilodrán, todos militantes y miembros del Comité Central del PC, a diferencia de Herreros.

Sin considerar nuestra opinión, fundamentada en la experiencia, se nos exigía autofinanciar El Siglo hasta que produjese utilidades, para de esa forma aumentar nuestros salarios, mientras se pauteaban temas que ensimismaban al periódico y los titulares de portada reflejaban este hecho, lo que bajó considerablemente las ventas. La idea del proyecto anterior era ampliar El Siglo para transformarlo en el periódico de la izquierda chilena, de los antineoliberales, lo que a su vez abría la posibilidad de que las ideas centrales de la línea política del PC fuesen más difundidas y que el semanario se vendiera más.

Eso cambió radicalmente y comenzó la transformación sin ningún estudio serio. La Margarita fue sacada de portada, por “fome” según el director, quien ni siquiera le avisó al autor. Se dio inicio a una serie de censuras, como la que afectó a María Jesús Sanhueza, Lautaro Guanca y los dirigentes de Andha Chile, y luego se “olvidaron” en los cajones de algún escritorio todas las denuncias sobre la corrupción concertacionista que podíamos publicar.
Eso se sumó al inicio de los despidos, con la obvia finalidad de desarticular este equipo que les parecía “molesto”. Y pronto vendrían las descalificaciones: que Oliva quería ser director; que Blanchet tenía “cuentas pendientes” con la dirección; que Valdés era “rodriguista”, etc. Algunos militantes, mayoritariamente funcionarios directos o indirectos del partido, han repetido el verso aprendido. Por suerte, como la mayoría de nosotros no somos unos aparecidos, han sido muchos los que nos entregaron su apoyo, sus palabras de aliento, los abrazos y los gestos de solidaridad, como en el último Primero de Mayo y en el recital de Francisco Villa.

Pero nos queda la interrogante: ¿quiénes son los traidores y anticomunistas, entonces?. Lo serán acaso aquellos que se han negado a cerrar este conflicto y lo llevaron hasta la Corte Suprema para alcanzar un fallo contra la Dirección del Trabajo. O quienes niegan los derechos de los trabajadores, a pesar de los discursos públicos. Quizás lo sean quienes, con sus actitudes, fomentan la campaña anticomunista con su inconsecuencia o aquellos que, en 18 años, están logrando lo que no pudieron los regímenes opresivos de mediados del siglo pasado ni la dictadura pinochetista: minimizar al máximo la herramienta política de la clase trabajadora.

Eso lo dirá el futuro.

Julio Oliva García
Presidente Sindicato Editorial Siglo XXI
Semanario El Siglo

1 comentario:

Anónimo dijo...

me parece, desde de mi punto de vista de ni militante ni simpatizante...que es un mariconada mantener el nombre de el siglo...construyan movimiento social e informen sobre este..pero es insolito y pendejo el hacer esta disputa con con la imagen del semanario...disputa que a nadie le importa.
pero definitivamente, despues de haber leido toooda las entradas publicadas por ustedes, creo en un semanario que es parte de la historia del pais, y no en un pasquin que por despecho mantiene la imagen que ni los actuales dueños ni claremente ustedes idearon ni crearon...
salud al unico partido que respeto, al comunista...

la pelea hay que darla desde el poder...adelante.!!!!

jorge
estudiante secundario, movilizado en paro y luchando de verdad